Nacido al abrigo de la competición, en citas como las 24 Horas de Le Mans o la Carrera Panamericana, el Mercedes 300 SL de calle se presenta en el Salón de Nueva York de 1954, algo que dejaba ya claro el enfoque comercial de este modelo, mirando al público norteamericano, a fin de cuentas, el Mercedes 300SL de calle nacía como sugerencia de Max Hoffman, el importador de Daimler A.G. en Nueva York.
Su producción se llevó a cabo durante sólo 3 años, desde 1954 a 1957, produciendo un total de 1.400 unidades, dando paso luego al Mercedes 300SL Roadster, que se produjo hasta 1963 con un total de 1.858 unidades vendidas. A diferencia de lo que suele ocurrir con otros coches las versiones coupé del 300SL están más cotizadas, no sólo por haberse producido menos unidades sino también por la belleza de su carrocería con esas características puertas verticales que hicieron que fuera bautizado como “Alas de gaviota”.
Partiendo del W194 de competición el Mercedes 300SL de calle se refinó y se volvió un coche más lujoso, mientras que en el apartado mecánico se empleó bajo su capó el motor un 6 cilindros de 3 litros de cubicaje que desarrollaba una potencia de 212 Hp y un par de 275 Nm para un conjunto de 1.295 kg, con una velocidad máxima de 263 km/h que lo convertían en el coche de producción más rápido de la época y un 0 a 100 km/h de 7.4 segundos.
Con ese largo morro delimitado por las suaves curvas de sus pasos de rueda, el nervio y las branquias de su lateral, la burbuja creada por su habitáculo y esa elegante caída del techo, el Mercedes 300SL no sólo era uno de los coches más prestacionales del momento sino también uno de los más atractivos y elegantes. Miembros de la realeza, estrellas de Hollywood o pilotos de carreras no faltaron entre sus clientes que, en su momento, tuvieron que pagar 29.000 marcos en Alemania o 6.820 dólares en Estados Unidos.
Se produjeron 1.400 unidades del coupé y 1.858 del roadster.
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