Tres décadas de vida cumple este año el Mazda MX-5, el roadster más exitoso de la historia. Como una forma de celebrarlo, lanzan una actualización de mitad de vida de la actual generación, la que llega con más potencia, torque y deportividad.
El nuevo Mazda MX-5 tiene dos versiones, una con techo de tela (mecánica y automática) y otra con techo rígido escamoteable denominada RF (Retractable Fastback).
En cuanto a su motor SkyActiv-G 2.0 fue reconfigurado para llevar la potencia a 181 Hp y 205 Nm de torque, esto es 23 caballos y 5 Nm más que su antecesor.
Tan importante como eso es que el régimen de marcha se eleva, llevando el corte de inyección a los 7.500 rpm desde las 6.800 vueltas de antes. Así se consigue optimizar la respuesta y mejorar las sensaciones de manejo.
Mazda redujo el peso del motor al utilizar pistones y bielas más ligeras, consiguiendo reducir la fricción. Se aumentó el ángulo de apertura de las válvulas y el diámetro interno del colector de escape. Así se consigue optimizar el torque en todo el rango de revoluciones y tiene una mejor relación peso/potencia.
También se trabajó en la puesta a punto de la suspensión para mejorar el tacto de amortiguación, y así hacer del MX-5 un deportivo tan aplomado en la pista como confortable para manejarlo en la ciudad.
Estéticamente no hay cambios en ninguna de las dos carrocerías del MX-5 salvo por las llantas y unas nuevas salidas de escape que mejoran el sonido en aceleración. Tampoco en el accionamiento de la capota o el techo rígido, en el caso del RF.
Por dentro, se incorpora la conectividad a Apple CarPlay y Android Auto en el sistema de infoentretenimiento Mazda Connect, y se añaden elementos de seguridad como la cámara de retroceso, y los sistemas de frenado automático en ciudad (SCBS) y de advertencia en caso de cansancio del conductor (DAA), que se unen a las ya existentes tecnologías i-ActiveSense.
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